Lingüística IV: Sociolingüística y Psicolingüística.
Introducción:
Estimados alumnos cursantes de Lingüística IV. Este espacio
comprende el estudio de dos disciplinas. En primer lugar de la SOCIOLINGÜÍSTICA, entendida como el “dominio de la lingüística que estudia
las relaciones entre el lenguaje y los comportamientos sociales. En este
sentido, se ocupa de la descripción de las normas sociales que determinan el
comportamiento lingüístico. Otro de sus temas fundamentales es el estudio de
las variaciones lingüísticas vinculadas con comportamientos sociales y la
relación del lenguaje con los diferentes contextos comunicacionales”.[1]
En segundo lugar de la PSICOLINGÜÍSTICA,
entendida como el “el
cruce interdisciplinario entre la psicología y la lingüística, lo que supone
poner en cuestión la relación fundamental entre lenguaje y pensamiento. La
reflexión acerca de esa relación está signada por una tensión más general que
tiene que ver con la oposición entre naturaleza y cultura en el estudio de la
vida humana”[2]
A manera de diagnóstico les propongo la
lectura del siguiente artículo para emprender una discusión grupal y luego
producción individual por escrito.
Entregar al finalizar el horario de clase a la Directora de Estudios Prof.
Erica Holc.Con sus datos personales y un correo electrónico disponible para
contactarlos.
a.
Explique el título del texto
en al menos un párrafo.
b.
¿Qué temas tratados en el texto
son susceptibles de debate o generan polémica? Enlistelos a todos.
c.
Elija una de las cuestiones
enunciadas y desarrolle su postura al respecto, exponiendo su visión y dando
cuenta desde qué disciplinas estudiadas hasta ahora -en la carrera- podría abordarse la
temática.
Juegos y ecuaciones del idioma: la Torre de Babel de economistas
Por Sebastián
Campanario | Para LA
NACION. Domingo 01 de septiembre de
2013 | Publicado en edición impresa
"Alcanzame
la toballa", gruñía Alfredo Casero en la mejor época del programa Cha-Cha-Cha .
"Toballa no (y la palabra se tachaba en la pantalla de la TV):
to-a-lla", lo corregía Fabio Alberti. El sketch se llamaba "Educando
al soberano". A la hora de meterse en el mundo de los idiomas, los
economistas no son tan graciosos como Casero y Alberti. Pero ya acumulan una
serie de investigaciones ricas y originales que incluyen desde esquemas de
teoría de los juegos para explicar la coexistencia de distintos dialectos hasta
valuaciones de lenguajes y efectos del diccionario sobre los comportamientos
económicos.
Se trata
de un campo muy marginal, pero que de todas formas ya tiene aportes relevantes
de científicos argentinos.
"Es
increíble que haya tan poco trabajo realizado sobre el lenguaje por parte de
los economistas", dice Barton Lipman, especialista en teoría de los juegos
de la Universidad de Wisconsin.
"Es
algo muy desafortunado -agrega el economista-, porque vivimos en un mundo lleno
de palabras, y no tanto de funciones matemáticas." De hecho, si se pone
"economía del lenguaje" en cualquier buscador de Internet, los links
derivarán a aquellos estudios sobre una redacción más despojada y pura, sin
adjetivos ni frases rimbombantes "económicas".
En tiempos
en que el debate entre economistas y académicos se centra en el uso (excesivo o
no, depende de quién hable) de las matemáticas en la economía -una polémica que
tiene entretenidos a varios gurúes, entre ellos, a Paul Krugman-, esta columna
vuelve a demostrar su total enajenación con la realidad y se va al otro
extremo: hoy, cómo diría la cantante italiana Mina, sólo "Parole, Parole,
Parole". Pasen y lean:
El tablero
de ajedrez: A fines de los años sesenta, el economista Thomas Schelling
popularizó un análisis que mostraba cómo una ciudad, inicialmente integrada,
podría terminar segregada con tan sólo imponer como regla que los habitantes de
ésta tuvieran una "leve preferencia" por vivir rodeados de gente de
su mismo grupo étnico. Gráficamente, el modelo se reflejaba en una suerte de
"tablero de ajedrez" en el que los casilleros de un mismo color se
juntan. En un trabajo recién salido del horno, cuatro científicos argentinos le
agregaron al modelo original de Schelling la posibilidad de que una persona no
sólo se mude, sino que también pueda optar por "cambiar de color",
explica el economista Pablo Schiaffino, de la UTDT. Este "efecto Michael
Jackson", aplicado a la dinámica de lenguajes, sirve para demostrar, por
ejemplo, por qué a veces los lenguajes se extinguen y, en otras ocasiones,
idiomas minoritarios destinados a desaparecer no lo hacen. También sirve para
explicar las divisiones idiomáticas dentro de un mismo país.
El trabajo
fue aceptado la semana pasada por la revista Chaos, Solitons & Fractals
( n erds del mundo, uníos), especializada en comportamiento y
juegos evolutivos. El matemático de la UBA Juan Pablo Pinasco, uno de los
coautores, ya había escrito un artículo en el que demostraba que la
coexistencia de varios lenguajes es un punto de equilibrio. "Se pueden pensar
los idiomas como mercados competitivos, donde cada individuo es una firma. Al
igual que sucede en el mundo de los negocios, siempre habrá incentivos a
aprender una lengua en la medida en que existan retornos positivos",
explica Pinasco. "Si yo voy a los Estados Unidos y no sé hablar inglés, no
voy a poder hacer una carrera académica. Pero sí voy a poder trabajar de
jardinero o de lavacopas. La idea es que subsisten nichos económicos para más
de un idioma." En el trabajo del "efecto Michael Jackson"
también participaron la física Inés Caridi (que colabora con antropólogos y usa
redes complejas para rastrear desaparecidos durante la dictadura) y el
estudiante de física Francisco Nemiña.
¿Cuánto
vale el castellano?: Germán
Coloma, economista y profesor de la Universidad del CEMA, se propuso un desafío
poco ortodoxo: llevar a cabo una cuantificación económica del idioma español.
Para hacerla, analizó la valuación -en términos de ingresos promedio de los
hablantes- de cinco características fonéticas, cuya presencia o ausencia sirven
para distinguir entre 10 variedades regionales del idioma. ¿Cuáles fueron los
resultados? El ingreso anual promedio de toda la zona hispanohablante es de US$
13.568 (el resultado es para hace dos años). Este valor es 153,26 por ciento superior
en la zona del español peninsular estándar; y 61,72% inferior en la zona del
español paraguayo, que es la que tiene menor ingreso per cápita. Para quienes
hablan la modalidad "rioplatense", el ingreso es levemente superior
al promedio: 14.702 dólares por año.
Dime
cómo hablas y te diré cómo ahorras: El economista pionero en dinámicas de juego aplicadas al
lenguaje es Ariel Rubinstein, quien muy probablemente visite la Argentina el
año que viene. Rubinstein escribió en el año 2000 una serie de ensayos sobre el
tema, donde defendió la tesis de que las palabras que se utilizan en un idioma
tienen efectos determinantes sobre el comportamiento económico. En una
disertación muy popular en TED, Keith Chen explica que mientras que el idioma
inglés distingue muy claramente entre pasado, presente y futuro, en chino esa
frontera es más difusa. Por eso, argumenta Chen, en el país más poblado del
mundo la gente ahorra 30% más que en el anglohablante: "El futuro no
parece tan distante para los ciudadanos chinos".
Determinantes
de pobreza: La
cantidad de palabras que un chico estadounidense de un hogar de clase media
alta escucha en su casa antes de empezar el jardín de infantes hace que llegue
a esta instancia con un repertorio idiomático que es el doble que el de un niño
pobre. La "brecha" de déficit de palabras escuchadas antes de los
tres años por un chico en un hogar de clase baja asciende a 30 millones de
términos, y eso tiene consecuencias dramáticas sobre la evolución futura. La
recientemente creada Unidad de Economía del Comportamiento, apuntalada por el
presidente Barack Obama, tiene proyectos para trabajar sobre esta disparidad.
Nuevo
diccionario: La
crisis económica global trajo aparejado el surgimiento de toda una nueva serie
de neologismos para describir fenómenos novedosos. En The New York Times,
Raphael Minder mencionaba recientemente, entre otras, a "spreaditte" (en
Italia se llama así al dolor causado por la diferencia de tasas) o los
"ni-ni" en España (la franja cada vez más amplia de la población que
ni estudia ni trabaja). El economista, editor de Reuters y del blog de economía
internacional Siclus Gabriel Burin aporta otros dos neologismos: "En
econotuiter internacional hay dos palabras nuevas dando vueltas. Una es septaper, acuñada
por Barclays en junio, cuando crecieron las previsiones de que la Fed iba a
reducir su estímulo monetario. Mezcla "septiembre" y
"taper", verbo que quiere decir reducir gradualmente.
La otra
es bubblecovery , acuñada por Jesse Colombo, un econotuitero
de veintipico que milita contra las burbujas financieras. La economista de la
UBA Mercedes D'Alessandro es otra neologista prolífica: habla de
"psicodelia cambiaria" (por los dólares verdes, azules, etcétera),
"despistemología", "economentira" (por econometría),
"derivador serial", entre otros términos. Ninguno tan gracioso como
la "toballa" de Alberti y Casero, pero no menos imaginativos.
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